Por Eric Orlando Jiménez Rosas

El asunto es esencialmente el mismo que The firm (Sydney Pollack, 1993), o The boiler room (Ben Younger, 2000). Un ambicioso y talentoso joven (Liam Hemsworth)se deja seducir por la promesa de éxito inmediato en el mundo de los dispositivos celulares, por lo que eventualmente se ve orillado y extorsionado para cometer actos ilícitos en beneficio de dos monstruosos dueños de emporios tecnológico (Gary Oldman y Harrison Ford), al mismo tiempo que impide que se dañe a sus seres queridos.

La historia narrada de forma rutinaria muestra los dilemas morales del joven, el estrés que vive al ser extorsionado, y las relaciones pobremente manejadas en el film, con su padre (Richard Dreyfuss), sus amigos y una inverosímil novia (Amber Heard).

La película de Robert Luketic tiene al principioun ritmo frenético que alude al vigoroso mundo de la juventud y la tecnología. Sin embargo, después avanza torpemente, tratando de hilar forzosamente cabos sueltos . Para justificar ciertas situaciones, e incluso personajes, se hace uso de recursos burdos, como la pseudopsicología que debe emplear el talentoso joven para ganarse la confianza de los peces gordos.

La presencia de los dispositivos celulares, omnipresentes y siempre en evolución, pareciera que fue razón suficiente para haber creado la película. Sin embargo, el tema fue tratado de manera bastante convencional. Lo más rescatable es la presencia de tres grandes actores, Oldman, Ford y Dreyfuss, ya entrados en años, quienes le imprimen un toque de dignidad y fuerza al film.