Por Alejandra Jarillo

A primera vista, esta película parece sumergirnos en una historia romántica entre Bruno, un soldado nazi (Matthias Schoenaerts), y Lucille, una joven francesa (Michelle Williams), en la época de la ocupación alemana en Francia.

Ambos enrollados en un amor imposible en el que los besos a escondidas duran poco. El contexto de la guerra gana ante la miel cuando Bruno se ve forzado a encabezar fusilamientos de los rebeldes, y Lucille decide proteger a un lugareño que mató a un nazi.

La cinta está basada en la novela homónima de Irène Némirovsky, escritora de origen judío muerta en Auschwitz y pionera en narrar los horrores de la guerra. La ambientación y el vestuario son impecables, sin embargo, reina un halo fancy que no pega con la historia real, la de la miseria, las bombas y la muerte.