A raíz de la primera puesta en escena de Veiel en 1991, nació este documental que retrata los sueños de juventud y el intento de realizarlos en la vejez. Inka Köhler-Rechnitz termina su formación de actriz a finales de los años veinte y enseguida le ofrecen un papel teatral en Görlitz, que no acepta porque su marido se opone. Tiempo después corre peligro de ser deportada a un campo de concentración por tener sangre judía. Setenta años después, vuelve a las tablas que debían haber sido el primer peldaño de su carrera.