Fue de los pocos directores que entendían que la música no
era un recurso, sino un elemento narrativo que se sustentaba bajo sus propias
reglas. Era un personaje más con sus curvas dramáticas.


En una entrevista alguna vez dijo: «la imagen debe adaptarse
a la música y no al revés».

Tuvo cuatro compositores favoritos, cada uno se amoldaba al carácter
de la cinta. De hecho, Hitchcock los invitaba a los rodajes para que se
inmiscuyeran en la trama y pudieran imaginar el ambiente sonoro, al igual que
los actores.

Estos cuatro hombres fueron: Bernard Herrmann, su hombre de
cabecera quien tenía una capacidad sobrehumana para poder escuchar
, y plasmar
por medio de sonidos, los sentimientos humanos. Pocos como él para experimentar
con cuerdas (como en Psicosis) o con metales etéreos (Los pájaros).

Sus otros tres compositores fueron Louis Levy (39
escalones
), Dmitri Tiomkin y Franz Waxman.