Adaptaciones de las novelas de Stephen King hay muchas, pero usualmente van dirigidas para los espectadores de cine. Con Under the Dome el ingenio de Stephen King busca atrapar a un público distinto. Uno que volverá semana con semana al menos por toda una temporada, lo que implica un reto completamente distinto. El de no perder al espectador de TV.

La buena noticia es que con los ratings que ha alcanzado después de la premiere de sus dos primeros episodios, Stephen King parece no tener nada de qué preocuparse.

El lugar es Chester’s Mill. El típico pueblo gringo donde a simple vista no pasa nada, y sin embargo, todo pasa. Desde un sacerdote, un sherif y un consejero en un complot que involucra toneladas de propano hasta el encierro de una mesera en el búnker de su novio psicópata que cree poder recuperar su amor a base de encadenarla y cercenarla del mundo.

Nos vemos lanzados al universo de Chester’s Mill de la mano de un foráneo enterrando en medio del bosque un cadáver. Su nombre es ‘Barbie’ –maravillosamente recreado por Mike Vogel– y a partir de ese momento será nuestro guía en una historia que no parece tener ni pies ni cabeza. Como tantas de las tramas de Stephen King en las primeras hojas.

Antes de que transcurran siquiera 15 minutos, lo impensable sucede en Chester’s Mill. Un enorme domo (de aparentemente energía electromagnética) cae del cielo apartando al pueblo y a sus habitantes lejos del resto del mundo. Convirtiendo lo que ellos conocían como su hogar en una franca caja de Petri.

Hay que dejar una cosa en claro. Para lograr dar el salto a televisión, el creador de la serie, Brian K. Vaughan, y su equipo de guionistas le tuvieron que hacer muchos cambios a la novela. Cambios a los personajes y cambios a las tramas secundarias. Todo preaprobado por el mismo Stephen King, por supuesto; así que si eres fan del libro original vas a encontrar muchas diferencias en la historia. Pero no desesperes…

La secuencia en la que el domo cae de la nada para atrapar a nuestros protagonistas es tan memorable como el choque de avión en el piloto de Lost o la primera aparición del T-Rex en Jurassic Park. La tierra comienza a temblar, las campanas de la iglesia se vuelven locas, los aparatos eléctricos dejan de funcionar, y de pronto una vaca pastando en el campo es partida a la mitad por el domo decendiendo con toda fuerza desde las nubes. Las casas, coches, árboles y personas que tuvieron el infortunio de acabar en su circunferencia son igualmente partidas como por un machete, y esa avioneta que volaba fuera del pueblo termina hecha pedazos en medio del aire. Trato sellado. Nuestros héroes no tienen escapatoria.

Qué es el domo, quién lo creó, por qué Chester´s Mill y qué van a hacer ahora los habitantes del pueblo son las preguntas a resolver. Pero más allá del obvio misterio lo que nos lleva a seguir sintonizando 13 capítulos de una primera temporada son los personajes que espiamos dentro del domo. Las intrigas, asesinatos y secretos en los que se ven envueltos muy a pesar de su transparente jaula.

Un aplauso de pie para Rachelle Lefevre que vuelve luego de la cancelación de A Gifted Man con su característica melena pelirroja y una actitud de Ripley en ‘Alien’ que estamos seguros tendrá mucho que ver con la eventual salvación de Chester’s Mill (esperemos). Y si no sucede, el sólo ver a Mike Vogel haciendo lo suyo como el chico malo del pueblo nos deja con el mejor sabor de boca posible.

Stephen King tiene mucho por qué estar orgulloso, pero aún falta por ver cómo es que los escritores de la serie resolverán el misterio; después de todo este tipo de thrillers suelen decepcionar cuando finalmente responden a la pregunta “¿cómo?” Mientras tanto nosotros le damos un 9.5 y realmente recomendamos que empiecen a bajarla en lo que esperamos que alguna televisora en México abra la cartera por ella.