Snow Cake, que cuenta la historia de una mujer afligida por autismo, es distintiva, conmovedora y sin embargo (¡felizmente!) no es ni sentimental ni melindrosa.
Historia
Alex Hughes (Alan Rickman) es un británico emocionalmente reservado y ex-convicto que viaja a Canadá para visitar una antigua amante. Calcula mal la distancia entre Ontario y Winnipeg, y empieza su travesía por el paisaje cubierto de nieve. Conoce una encantadora joven llamada Vivienne Freeman (Emily Hampshire) que está haciendo autostop. Durante el viaje de automóvil con esta joven, Alex inicia su transformación. Ya su corazón ha empezado a descongelarse, pero pronto ambos son golpeados por una tragedia al ocurrir el fatídico accidente vial que le quita la vida a Vivienne. Embargado por un profundo sentimiento de culpa, maneja hasta el pequeño pueblo de Wawa para darle el pésame a la madre de Vivienne, Linda (Sigourney Weaver). Alex se sorprende ante el alto nivel de funcionamiento de Linda, quien es autista. Acepta ayudarla con los arreglos del funeral y surge así una inesperada amistad entre ellos. Mientras también nace una amistad entre Alex y Maggie (Carrie-Anne Moss), la hermosa vecina de Linda, sus relaciones con estas dos mujeres muy distintas causarán en él cambios inusitados.
Actuación
Olvide a Ripley en las películas Alien! En Snow Cake, Sigourney Weaver hace la mejor interpretación de su vida. Logra transformarse en Linda Freeman, una mujer de edad media, cuya vida esta delineada por el autismo pero sin que llegue a ser este un factor limitante. Weaver logra capturar magistralmente los aspectos físicos de este trastorno, al incorporar leves brincos -a penas perceptibles- en sus movimientos y una mirada distante de sus ojos. Al aunar a esto un diálogo muy creíble para mostrar el aspecto emocional interior de Linda, tenemos un retrato que bien pudiera hacer a Sigourney Weaver merecedora de un Premio de la Academia. Alan Rickman resulta igualmente conmovedor en su papel del hombre cuya angustia personal amenaza con aislarlo de todo; tan verdadero es su despertar emocional que resulta inevitable sentir por él simpatía y desearle lo mejor. Carrie-Anne Moss brinda una interpretación silenciosa pero de gran efectividad de la vecina de apetito sexual. Y Emily Hampshire, que interpreta el personaje de la hija de linda, es como un rayo de sol durante su breve aparición en pantalla; sí habrá que estar pendientes de ese rostro en el futuro.
Dirección
El director galés Mark Evans se inició en la televisión británica y en pequeñas películas como Trauma. Con Snow Cake demuestra su talento para el relato de historias emocionales sin caer en sentimentalismos. Mantenerse por encima del sentimentalismo no es una tarea fácil, y precisamente esto es lo que distingue (largamente) esta película de las películas exhibidas en el canal Lifetime que los hombres (y también muchas mujeres) sientan escalofríos al verlas. Angela Pell, guionista novata, también tiene grandes meritos. Como madre de un niño autista, supo tomar de esa experiencias personal para trasladarla al personaje de una mujer madura (y madre de una hija normal) que ha logrado abrirse camino en la vida sin que se interponga su discapacidad. La fuerza de estos dos talentos aunada a su elenco excepcional convierte a Snow Cake en una experiencia cinematográfica sumamente grata. Seguramente dará mucho de que hablar más adelante en la época de los galardones.