En los campos de New Brunswick, Canadá, Craig Morrison (James Cromwell) intenta construir una casa sin pedir permiso a nadie, evadiendo las leyes de construcción. Esta situación lo pone a riesgo de ir a la cárcel, pero el desafía cualquier autoridad para seguir haciendo lo que sabe hacer con maestría y construir el nuevo hogar junto a la bahía que necesita su anciana esposa Irene (Geneviève Bujold) limitada por una irreversible enfermedad mental de la vejez. Basada en una historia real, el filme muestra dos ángulos opuestos de la vida: lo efímero contra lo eterno, lo cambiante contra lo perdurable. Una mirada tierna y dramática de la vejez y la muerte, es a su vez una oda al amor que permanece, más allá de todo.