Por María Fernanda López

Esta película nos cuenta la historia de Mitch (Ryan Reynolds), un irresponsable e inmaduro soltero, y Dave (Jason Bateman), un abogado muy trabajador, con una esposa y tres hijos. Sus vidas cambian cuando cada uno desea tener la vida del otro, y se les cumple. Muy a la Freaky Friday, los dos amigos tienen que aprender a no destruir sus nuevas vidas, hasta que logren regresar a la normalidad.

A simple vista, parece una comedia prometedora: el cast, que además de los protagonistas, incluye a Olivia Wilde, Leslie Mann y Mircea Monroe, es lo suficientemente talentoso para presentarnos un trabajo de calidad. Sin embargo, no contábamos con que los guionistas no estaban de humor para escribir una historia, ya no buena… decente. Si existe un claro ejemplo de cómo arruinar un tema , tiene que ser Si Fueras Yo. En el intento de reinventar una comedia, y convertirla en cine para adultos, lograron hacer una de las cintas más malas del año. Con tan sólo 5 minutos de ver la película ya sabemos qué va a pasar después, y en qué va a terminar. Los personajes se la pasan viviendo experiencias tanto estúpidas como grotescas (en especial, algunas escenas con un humor escatológico), que varias veces llegan a asquearnos, en vez de divertirnos. Como casi todo el cine de adultos, la historia gira alrededor de sexo. Sin embargo, no sólo son escenas de “¡Oh, veamos a Ryan Reynolds con una mujer guapísima!”… no. Si Fueras Yo va más allá de eso, llegando a ser dañino para la vista.

A pesar de eso, tiene sus buenos momentos. La verdad es que ver a un hombre irresponsable intentando ser papá, o a un abogado intentando ser un soltero codiciado, puede tener su encanto. Lástima que esto se logra muy pocas veces. Si Fueras Yo es una película que difícilmente gustará a las mujeres, y varios hombres la sufrirán. Es, definitivamente, una de las mayores decepciones cinematográficas del año.