A diferencia de At the Max que esta repleta de hits, esta segunda película-concierto en formato IMAX es estrictamente para los fanáticos incondicionales.
Historia
Algún día tenía que pasar: una colaboración entre Scorsese y los Rolling Stones. Pero lo que nadie logra explicar es por qué le pusieron esta película-concierto, filmada durante dos noches en el marco de las presentaciones hechas en el Beacon Theater de Nueva York en el 2006, lleva el nombre de la producción musical Exile on Main St. Tampoco vemos esfuerzo alguno por darnos mayores relacionados con los chistes y bromas sobre las Sillas de ruedas de acero ni sobre los comentarios de aquellos en desacuerdo con la calificación dada al grupo de rock más importante del mundo durante un periodo de 46 años. Shine a Light es la típica película concierto – pero tampoco se debe olvidar que se filmo para ser visto en un teatro de cine de cinco niveles. Aun así, Scorsese contesta fácilmente que la vejez no ha podido disminuir la velocidad de Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood.
Actuación
Si en At the Max las líneas eran fácilmente detectables en el rostro de Jagger ahora en Shine a Light lucen como cañadas profundas. Sin embargo nadie puede negar que el sexagenario flacuchento tenga aún el vigor y la energía necesarios para pavonearse como lo haría un pavo real que busca pareja. Y su voz sigue siendo tan potente en la actualidad como lo fue cuando pidió por primera vez que sintiéramos Simpatía por el Diablo. En cuanto al otro mellizo que brilla con una luz tenue, Richards luce como si acabara de salir de una escena de la ultima película Pirates of the Caribbean, con su delineador de ojos negro y luciendo una pañueleta en la cabeza. Aún así resulta divertido ver como Richards disfraza y se burla el mismo de su apariencia de cadáver viviente. Como de costumbre, Watts y Wood dejan que sean Jagger y Richards los que se roben la luz en el escenario. Entre el público se destacan algunos invitados especiales: el presidente Bill Clinton es quien introduce a los Stones. Jack White con una voz poco profunda hecha a perder la canción Loving Cup. El cantante de blues Buddy Guy le roba el escenario a Jagger con su interpretación de la canción de Muddy Waters Champagne and Reefer. Y Christina Aguilera demuestra que tiene todo lo que se requiere para igualar al salaz Jagger en Live With Me.
Dirección
En los días y horas que preceden al concierto, Scorsese suplica para que le entreguen el listado para el escenario. Lo recibe segundos antes de que los Stones tomen el escenario. Escuchará canciones menos conocidas como All Down the Line, Connection y Far Away Eyes. Scorsese une las piezas de las interpretaciones de manera precisa y muy pulida, prestando siempre más atención al enérgico Jagger y un Richards torpe. El hecho de haber incorporado las entrevistas y las películas de archivo no añade nada de importancia pero sirve para hacernos reír. Todos sabemos que los Stones seguirán desafiando el avance del tiempo y seguirán tocando hasta que mueran. Hubiese sido mejor que Scorsese hubiese incluido mas canciones (como Shine a Light, ¡que solamente se oye en los créditos finales!) en lugar de estos trozos. Pero también podemos pensar, como nos lo viene diciendo Jagger durante tantos años, que no siempre podemos tener lo que queremos.