El cómico Jay Baruchel demuestra con esta comedia romántica aburrida aún no está listo para ser jugador de grandes ligas.

La nueva comedia romántica Shes Out of My League requiere que uno no tenga pensamientos incrédulos para poder aceptar que una diosa como Alice Eve pudiera sentirse atraída por el joven inquieto y poco atractivo encarnado por Jay Baruchel (Tropic Thunder, How to Train Your Dragon), pero que además se da a la tarea de seguirlo impetuosamente, aguantar su comportamiento bizarro y soportar las continuas provocaciones del su circulo social más intimo. Y encima de ello también quieren hacer creer que Baruchel tiene como llevar solo en sus hombros un largometraje. Francamente, eso es demasiado pedir.

Poco seguro de si, la lista de rasgos repelentes seguramente ahuyentarían las chicas del torpe joven Kirk (Baruchel) serían sin duda la formula para asegurar el celibato permanente. Su empleo es aburrido, nunca fue a la universidad, vive con sus padres, no tiene músculos bien definidos y es constantemente ridiculizado por su familia y amigos. Y aún así esta joven bella y profesional Molly (Eve) se enamora instantáneamente de él cuando lo conoce durante su travesía por la estación de seguridad aeroportuaria y es ella quien lo invita a salir a él.

Así inicia la poco creíble relación de Kirk y Molly. Mientras él se sobresalta y tartamudea en una serie de citas con ella, Molly inexplicablemente sigue atraída por él. Pero esto es algo que más nadie logra comprender y la película se convierte en la espera por el momento en que ella abra bien los ojos. Los amigos de Kirk – y el mismo Kirk – se preguntan en voz alta (y nosotros también) como pudo ocurrir este fenómeno.

Pero Molly no cambia de parecer y el fenómeno continúa tal cual. Sin duda, el director Jim Field Smith quiso evitar el uso de los mecanismos usados en repetidas ocasiones en otras comedias románticas. Hay que reconocer que es una estrategia noble; pudo incluso haber funcionado también si tan sólo Shes Out of My League fuese más divertido de lo que es. Pero la película no logra despertar las risas que hubiésemos esperado de varias de las escenas prometedoras y solamente despiertan sonrisas leves. De igual manera Baruchel tampoco es tan gracioso y pícaro como quisieran hacer creer los cineastas. Es sin duda alguna un buen actor secundario pero todavía le falta mucho para llegar a las grandes ligas.