–PorOswaldo Betancourt L.@rockswaldo

Era natural que Disney expandiera una licencia con tanto potencial tras comprarla. Rogue One es la primera entrega de las antologías de Star Wars, tres películas independientes que no están directamente vinculadas con la nueva trilogía; tan es así que no aparecen los intertítulos amarillos iniciales yendo hacia arriba de la pantalla ni la música de John Williams, que en este caso fue hecha porMichael Giacchino, el compositor de cabecera de J.J. Abrams, con una propuesta discreta.

Esta historia se desarrolla en un periodo ubicado entre los Episodios III y IV y sigue a una forajida que, junto con un grupo de la Rebelión, tiene como misión robar los planos de la Estrella de la Muerte que hizo su padre.

La cinta no despierta tantas pasiones como lo hizo el Episodio VII, pero hay algunas razones para emocionarse con el resultado: los increíblesescenarios, novedades como los Death troopers y un par de cameos que sirven como ancla a este universo, especialmentecuando vemos (no tanto como quisiéramos pero sí el tiempo suficiente) a Darth Vader en acción, manejando el sable y usando la Fuerza, nuevamente con la voz de James Earl Jones.

Jyn Erso, la protagonista interpretada por Felicity Jones, le da continuidad al peso de los personajes femeninos en la franquicia. Por sí sola no tiene tanto encanto como a lado de su equipo, los personajes funcionan mejor en conjunto (mención aparte para el asombroso Chirrut Imwe yK-2S0, un droide imperial reprogramado que ayuda a no extrañar tanto a R2D2 y C3PO), y sobra decir queentre las filas del elenco hay grandes como a Mads Mikkelsen, Forest Whitaker y Ben Mendelsohn, entre otros.

El Capitán Cassian Andor tiene peso en la trama: es un personaje con tintes en su perfil, no es bueno ni malo y ha hecho cosas por la causa de las que no se enorgullece. En este sentido, no se hace una apología de la guerra y Diego Luna es convincente en la actuación su papel.

A nosotros nos toca ver a un compatriota por primera vez en una superproducción de este tipo, uno que en el apellido lleva un guiño a este universo, y no es poca cosa, porque su papel es el de un capitán de la resistencia contra el lado oscuro.

Más allá del entretenimiento, bien podríamos observar la película de Gareth Edwards como una analogía del contexto actual, se trata de un actor mexicano en la batalla contra el Imperio (Galáctico), “una rebelión construida sobre la esperanza”.