Por Josue Corro

La revolución no es un fecha en

el calendario, ni tampoco una alusión histórica. Es una catársis emocional, un

motivo de cambio dentro de nuestros paradigmas. Al menos es el mensaje de este

proyecto fílmico encabezado por la productora mexicana Canana, que al igual que

otras cintas como 9/11; París te amo, o New York Stories, está conformada por una serie de cortometrajes con

un tema en común. En este caso, y como puedes imaginar, es la revolución; pero

no el movimiento social/armado -de

hecho una de las consignas es que cada cinta tenía que ser ambientada durante

esta época- sino la interpretación

de diez jóvenes directores mexicanos, y sus obras que debían durar diez

minutos.

La antología encabezada por Eimbcke, Reygadas,

Gael García, Luna y Chenillo, tiene la sensibilidad necesaria para criticar a

la sociedad inmersa en sus propios demonios reflejados en problemas de

migración, la soledad y sueños frustrados. Si bien cada director imprime su

sello: la cámara fija de Eimbcke, la crudeza de Reygadas o la fotografía

sobreexpuesta de Naranjo, hay algo en común: las locaciones desérticas y los

personajes rurales, remiten a fragmentos visuales de Juan Rulfo y su Pedro

Páramo. Una buena forma de cerrar los festejo del

Bicentenario fílmico