Por: Hugo Juárez (@poketronik)

Un mensaje para los no-fans: no le tengan miedo. Primero que nada, deben saber que ésta no es una película de terror y que apenas si tiene algunas referencias de la saga de videojuegos en que está basada (que tampoco es muy homogénea que digamos), así que no es necesario que sepan nada antes de ir a verla; de hecho, se da un resumen para entender más o menos la trama (que de todas formas ni está tan bien construída).

Otra cosa que deben saber: es una película entretenida. Y con esto bastaría para darle una oportunidad, pero voy más allá: es una cinta de acción extrema con tomas que a veces hasta marean, balazos casi cada segundo, personajes estereotipados y diálogos ridículos, edición totalmente vertiginosa, brincos algo ilógicos de locación y en el tiempo, acrobacias espectaculares, criaturas asquerosas (entre las cuales hay ¡zombis!), giros de tuerca y ambientación que a momentos les recordará a Mad Max: Fury Road. Si tienen esto en la mente cuando entren al cine, ¡se la van a pasar muy bien! Además, Milla está estupenda como siempre. (Mención honorífica para William Levy y su “gran” personaje que está como 2 minutos en pantalla, pero nos lo quieren vender como protagonista en los pósters).

Un mensaje para los fans: sé que a esta saga o la odias o la amas, no hay puntos intermedios, así que primero que nada, deja de pensar en el juego (después de 5 películas, ¡¿aún seguías comparándolos?!).

Segundo: Paul W.S. Anderson pensó en nosotros, porque por fin se deja de rellenos y nos explica varios misterios principales, pero a la vez se saca de la manga unos giros de tuerca que, aquí entre nos, ¡le quedaron muy bien! El hecho de regresar al origen de todo no es un paso muy innovador que digamos, pero son bienvenidos algunos personajes que vuelven para acompañar a Alice, tanto para apoyarla como para atormentarla. ¡Y qué mejor regreso que el de los zombis! Todo para llevarnos a un ¿final? que raya entre lo inverosímil (¿alguna vez le encontraste pies o cabeza a la saga?) y lo satisfactorio.

Si eres muy muy muy clavado, vas a salir de la sala convertido en chango; pero si entendiste desde la primera película lo que Capcom quiso hacer con la saga, entonces saldrás feliz, sobre todo cuando reconozcas viejas locaciones, escenas y guiños a las anteriores cintas.

Y es que después de tantos capítulos y películas de relleno, no se le puede pedir mucho a Paul W.S. Anderson más que un guion concentrado en llegar a una conclusión, y lo da. Tan cumple con su objetivo, que Resident Evil: Capítulo Final va un poquito más allá del calificativo “palomera” para convertirse en una de las mejores entregas en la saga (a pesar de sus detalles), porque contiene un poco de todo lo que los fans buscan, y, repito, entretiene, entretiene mucho y bien, tomando las cosas en su justa dimensión.