Por Ira Franco

Un estupendo road trip que no sale de la Ciudad de México ni necesita hacerlo. Una instantánea en blanco y negro de la vida de Sombra (Tenoch Huerta), su roomie Santos (Leonardo Ortizgris) y su hermano menor Tomás (Sebastián Aguirre) en el contexto de la huelga de la UNAM en 1999.

La nostalgia de la cinta recuerda –toda proporción guardada– a aquellas películas de la Nueva Ola francesa en las que los personajes tienen encuentros fugaces con la felicidad y cuando todo termina saben que, aunque inasible, un día la tuvieron entre sus manos.

Hace mucho que el DF no tenía una cinta que acariciara con tanta soltura susinfinitas contradicciones, y aunque tiene algunas irregularidades –como el manejo del pasado–, es un ejercicio de cine inteligente, que logra varias capas y lectura, tal como la ciudad que retrata.