R2 está atravesando una mala racha, por lo que se consuela visitando el bar de Didi. Ayudado por su inseparable colaborador, el Inspector Cárdenas, trata de resolver todo caso que se le ponga por delante, con sus métodos más o menos heterodoxos, incluidos sus disfraces. Decide resolver un caso bien apetitoso, que se le ha aparecido como caído del cielo: el chantaje de que es objeto un rico hombre de negocios cuya esposa está amenazada de secuestro; ella, además, es joven y bonita. Un caso perfecto en el que lucirse, aunque Cárdenas y R2 tengan que someterse a algunas pruebas especialmente duras.