Por Emmanuel Gutiérrez
¡Jarvis Cocker no debería morir jamás! Es uno de esos personajes que nacen esporádicamente, que explotan su talento en una edad ideal y no pretenden otra cosa más que cautivar y seducir oídos y miradas.
El vocalista de Pulp es único, su madurez y visión del mundo lo alejan de cualquier pretensión del Brit Pop; lejos de los berridos y pleitos pueriles de Oasis, el intento perenne de reinvención de Blur, las adicciones de The London Suede, o los experimentos sonoros de Spiritualized. ¡No…Pulp es la esencia más pura del Brit Pop! (Sin importar que sean del pequeño poblado de Sheffield).
A sus 51 años, Cocker y compañía continúan vigentes, como si más de tres décadas no hubieran existido. Letras inteligentes, ritmos pegajosos, lentes de pasta y sacos de pana salen de apolillados closets para transformarlo en un ente seductor.
Pulp: A Film About Life, Death And Supermarkets (Pulp: Una Película Sobre la Vida, la Muerte y Supermercados) no es del todo un documental, sino una amalgama de piezas que fueron colocadas en estricto orden para formar una historia en torno a lo que representa Pulp en su ciudad natal.
Un “maduro” Jarvis Cocker cuenta un sueño en donde cambia la llanta de su auto, así pasa, repentino cada suceso, como si fuera la síntesis de tres décadas en un instante.Desde la lucha contra la artritis prematura de Candida Doyle (tecladista) y las vidas comunes lejos de los escenarios de Mark Webber (guitarrista) y Nick Banks (baterista). El vocalista recuerda la historia de la reunión del grupo tras su último álbum de estudio (We Love Life, 2001) hasta el día en el cual cierran la gira el 8 de Diciembre de 2012.
Testimonios y escenas “bizarras” de una pareja; el chico parece una reencarnación de Boy George de joven y a su novia le encanta el atuendo y la locura existencial que comparten por el sexo y la música.
Desde las playeras con el nombre de la banda que porta un equipo de futbol femenil (ninguna de las chicas conoce al grupo), un coro cantando “Common People”, otro más de adultos mayores entonando “Help The Aged” mientras leen el diario o una revista de chismes.
Un par de niños que no conocen al grupo, pero son persuadidos por “Disco 2000”; ora dos señoras de avanzada edad que no recuerdan nada de Pulp.
Una dulce viejecita a la que le encantan las canciones de Pulp porque la inspira a continuar su vida, un voceador que parece extraído de un cuento medieval y que asegura que “We Are The Champions” es de la autoría del grupo inglés.
Jarvis explica la naturaleza del “rockstar”, y cómo un chico común y tímido que vendía pescado en el Supermercado se transformó en un “Sex Symbol”.Así sucedió la historia de Pulp, tan repentina como la “ponchadura” de una llanta que tuvo que ser cambiada en el momento requerido.