Preciosa le hace honor a su nombre, y no en el sentido cursi o social de la palabra; sino en un sentimiento más profundo que descubrimos junto a la protagonista: la esperanza no es lo último que muere, es lo que nos ayuda a vivir.

Este film independiente se ha colado como uno de los dramas más impactantes de los últimos años, gracias a su guión (adaptado de la famosa novela Push, de Sapphire) que trata acerca de la decadencia social de Harlem, a través de la vida de Clarisse Precious Jones, una chica de 16 años, analfabeta y que está embarazada por segunda vez por su padre. Eso no es todo, su madre —que vive de la asistencia del gobierno— la maltrata de una forma inhumana. Sin embargo, la vida de Precious cambia cuando entra a un escuela “alternativa”, donde aprende (el punto más débil y lleno de clichés del film) que la educación la puede liberar de su triste realidad.

El director Lee Daniels nos sorprende por la emotividad con que retrata este film visceral: intercala los momentos más crudos de la cinta, con fantasías que Precious crea en su mente: en una secuencia es una diva pop, en otra ve un álbum donde la foto de su madre toma vida y la trata con cariño. Pero el punto más memorable de la cinta es el reparto: las cuatro actrices principales (incluida Mariah Carey) brindan las mejores actuaciones de los últimos años. Sus gestos, su voz y sobretodo sus silencios saltan de la pantalla y te impregnan de humanidad.

Eso es lo precioso de esta cinta