Este fin de semana se estrena la cuarta entrega de Actividad Paranormal y, a pesar de que ya sabemos más o menos de qué se trata, estamos seguros que vamos a llenar las salas de cine para salir con los pelos de punta, con nueva pareja, o con los pantalones sucios.

Enumeramos algunas de las razones por las que amamos las pelis de terror y siempre abarrotamos los cines.

– Son un buen pretexto para abrazar a tu acompañante.

Si estás empezando a salir con alguien y no sabes qué hacer, o a donde llevarla, el cine siempre es una buen opción y más si se trata de una película de terror. Ahí es donde puedes aprovechar el momento del espanto pa’ meter mano. Nomás no te quieras pasar de listo, porque podría ser que tú vivieras tu propia película de terror.

– No necesitas entender la trama.

Siempre se trata de lo mismo, así que no es muy complicado. A menos que veas cine de terror alternativo, pero generalmente sabemos perfecto cómo acaba la película y por eso siempre podrás disfrutat de otras maravillas del cine de terror, como el punto de arriba, o el de abajo.

– Puedes hacer apuestas.

¿Qué mejor que ganarte un dinerito yendo al cine? Siempre que vayas a ver una peli de terror podrás armarte unas apuestas de quién muere primero, o cuántas veces se tropieza la rubia de la película.

Dato: el 80% de las veces matan primero el negro. y la chava guapa se cae más de 30 veces en una persecusión de 4 metros.

– Son mejores que los chick flicks.

Por más choteadas que sean las tramas y los personajes, siempre será mejor ver a un hombre poseido por el diablo que la cara de Sarah Jessica Parker durante más de una hora. Eso sí que da miedo.

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Si te espantas de verdad, puedes reírte.

Muchos fuimos a ver la primera cinta de Actividad Paranormal y salimos más espantados de lo que creímos, incluso más de uno brincó y gritó, cual belieber después de ver vomitar a Justin. Pero todo macho que se respeta, fingió el pánico interno y volteó a ver a su alrededor para reírse de los demás, aunque por dentro estaban pensando en que necesitaban ir a casa por unos calzones limpios.

– Son buenos métodos de auto-superación.

Siempre que tengas problemas en la chamba, o tu novia te haya abandonado, recuerda que al menos no estás siendo acechado por una bruja maldita, pereseguido por zombies, o siendo vomitado por una niña con el diablo adentro.

– Sirven como alarma de seguridad.

Después de una buena película de terror, todos regresamos a nuestras casas como perros guardianes y estamos atentos hasta al más mínimo ruido. Y es que la paranoía nos pega tan duro que apenitas escuchamos que se azota la puerta, ya estamos fuera de la cama con un bat para matar al maleante que nos quiera dañar, que en su gran mayoría termina siendo el aire, o el perro, o nuestra soledad.

– Son el mejor diurético y/o laxante.

Cuando tenemos la suerte de escoger una buena película, de esas que nos tienen echos bolitas en el asiento y sudando frío, se nos olvidan todos nuestros problemas, incluso los provocados por el estrés, o la falta de fibra. Misteriosamente estas películas son uno de los mejores diuréticos creados por el hombre, todos hemos dicho alguna vez “me estoy haciendo pís del miedo”, o en el peor de los casos funciona como laxante y ahí sí aplica la frase de “ya me..” ustedes saben de qué hablamos, no lo vamos a escribir.

– Nos sale lo valiente.

Nunca falta quien saliendo del cine tiene ganas de jugar a la ouija en su casa, o quiere ir a un panteón a robarse huesos, pero ya cuando están en su casa, con las luces apagadas y la ouija de cartón empiezan a temblar y decir que esas cosas son pura mentira.

¿A ustedes qué es lo que más les gusta de las películas de terror?