Por Verónica Chávez

Otra vez el tema de lo paranormal. En esta ocasión, un grupo de científicos se dedica a probar que hay muchos farsantes allá afuera aprovechándose del dolor humano. ¿Les suena?

Con una historia que se nota forzada, el director Rodrigo Cortés habla de la posibilidad de presenciar eventos sobrenaturales ocasionados por personas que poseen un don que los vuelve especiales por sobre el resto de la gente.

Cillian Murphy (Tom Buckley) aprovecha la ocasión para exhibir su capacidad de expresar emociones a flor de piel, pero en una historia que carece de fuerza, en la que faltó talento para integrar los diversos elementos y hacer una historia más envolvente.

En relación a los papeles que desempeñan Robert De Niro (Simon Silver) y Sigourney Weaver (Margareth Mathesen), debemos decir que no necesitaron esforzarse mucho para cumplir con su trabajo, esto a raíz de la debilidad en el guión que de pronto abusa de monólogos extensos, algunos carentes de sentido.

De Niro es la manzana de la discordia por ser un psíquico ciego que llena teatros y asiste a programas de televisión para promocionar sus poderes sobrenaturales ante la mirada escéptica de la Dra. Mathesen, quien alguna vez fue engañada por uno de estos personajes y su rencor la obliga a desenmascarar la farza.

Por su parte, Elizabeth Olsen (Sally Owen), toma con seriedad su papel y no desentona con el resto del reparto, del que insisto, Cortés pudo sacar mucho más.

Poderes Ocultos es una película que no creará gran impacto entre los cinéfilos más exigentes, dado su intento de pertenecer al género de suspenso, pero que sin quererlo sabe arrancar carcajadas al público por lo inverosímil y a la vez predecible de su desarrollo.