El Capitán Salazar y su tripulación están atrapados en el Triángulo del Diablo, a causa de una maldición, pero logran escapar y se lanzan en una búsqueda por los siete mares para encontrar al pirata que los condenó: Jack Sparrow.

Han pasado seis años desde que se estrenó la última película de Piratas del Caribe y, en medio de una ola de secuelas a las que Hollywood ya nos tiene acostumbrados, ha llegado el momento de ver nuevamente en la pantalla grande al Capitán Jack Sparrow (Johnny Depp). En esta ocasión, el carismático y embustero personaje deberá asumir las consecuencias por algo que hizo en su juventud, se verá obligado a enfrentar un mal que él mismo desató y tendrá que hacerlo mientras pasa por uno de sus peores momentos.

Junto al conocido pirata, encontramos una vez más al Capitán Barbossa (Geoffrey Rush), quien goza de poder y riquezas. Ambos personajes llegan acompañados por otros nuevos, entre los cuales sobresalen Henry (Brenton Thwaites), un joven que busca la forma de romper la maldición que mantiene alejado a su papá; Carina (Kaya Scodelario), una chica sumamente inteligente que es acusada de brujería y quiere conectarse con su ausente padre; y el Capitán Salazar (Javier Bardem), un marinero que se hizo de cierta reputación por cazar piratas y que ahora está maldito por culpa de Jack Sparrow. Los cinco tienen algo en común, todos quieren encontrar el poderoso Tridente de Poseidón, cada uno tiene sus propios motivos para buscarlo, pero sus destinos están conectados.

Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (Pirates Of The Caribbean: Salazar's Revenge) tiene algunas cosas a su favor y otras en su contra. No se aporta algo nuevo, ver a Johnny Depp como Jack Sparrow ya no es tan emocionante como antes e incluso se presenta una historia algo predecible que cuenta con elementos que parecen reciclados de la primera película -el hijo de un pirata que quiere probar lo que vale realmente, una joven que es más de lo que parece y se niega a ser lo que los demás esperan que sea, una tripulación maldita que busca venganza y un pirata que ya no es lo que solía ser-, pero logra superar a la entrega anterior gracias al buen manejo de la comedia, una extravaganza de efectos especiales que son bien aprovechados para darle vida a personajes y escenarios fantásticos, un par de secuencias de acción que son justo lo que uno espera ver en una cinta de este tipo y un villano que brilla más que los que hemos visto previamente en la franquicia.

Otro punto que este título tiene a su favor es que funciona para cerrar una sub-trama que quedaba pendiente dentro de la mitología de Piratas del Caribe, presentando cameos que pondrán nostálgicos a varios fans. Al final, La venganza de Salazar queda un tanto lejos de ser el gran regreso que se esperaba que fuese para la franquicia, pero sí resulta entretenida si se busca una película para pasar un buen rato y olvidarse momentáneamente de las presiones diarias.

Tal vez haya llegado el momento en el que en Disney tengan que pensar seriamente si en realidad vale la pena seguir haciendo más cintas de Piratas del Caribe o que se planteen cuál es la mejor manera en la que pueden reinventar una franquicia que todavía cuenta con millones de fans alrededor del mundo y a la cual le pueden sacar un mayor provecho.