Si hay un género cinematográfico que explota nuestra parte más morbosa, sin duda, es el terror. Solemos disfrutar de un buen susto o hasta de ver morir a jóvenes de formas inventivas por cometer errores que a todas luces son una falta de sentido común. Pero estos títulos son de películas de terror basadas en hechos reales y eso las hace aún más escalofriantes.

Eso

La famosa novela de Stephen King, adaptada en 1990 bajo la batuta de Tommy Lee Wallace y ahora nuevamente, por Andy Muschietti, se basa en un hecho verdadero. King creó al emblemático payaso Pennywise a partir de la historia de John Wayne Gacy, un ciudadano aparentemente ejemplar que realizaba shows vestido de payaso donde elegía a sus víctimas: chicos entre 14 y 21 años a los que sodomizaba y mataba. Asesinó a casi 40 jóvenes y murió condenado a pena de muerte en 1994.

El Conjuro

En 1971 la familia Perron (padre, madre y cinco hijas) llegó a vivir a una casa en Harrisville, donde experimentó fenómenos sobrenaturales que investigó el matrimonio de los demonólogos Ed y Lorraine Warren, cuyo apellido verás de nuevo en este recuento de películas de terror basadas en hechos reales.

Diferentes espíritus se manifestaron en los nueve años que la familia vivió ahí. Uno de los entes, Bathsheba, quería deshacerse de la madre para quedarse con el padre y las niñas. A diferencia de lo que ocurre en la película, los Warren nunca erradicaron las presencias. Cuando la familia finalmente abandonó el lugar, fueron exorcizados.

Annabelle

En la década de los 70, el mismo matrimonio Warren ayudó a dos chicas que corrieron peligro de ser poseídas por una muñeca invadida por un espíritu demoniaco y sometida en un ritual religioso. La madre de una de aquellas estudiantes de enfermería había comprado el juguete y su hija lo usó como adorno en su hogar… hasta que comenzó a moverse. Una médium les dijo que contenía el espíritu de una niña llamada Annabelle, fallecida en la propiedad a los siete años. Otro de los amigos de las jóvenes intentó deshacerse de la muñeca, pero ésta lo atacó en dos ocasiones. Fue así que contactaron a los Warren.

Terror en Amityville

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Esta historia se relaciona directamente con la de Ed Warren, cuya madre falleció de cáncer a las 3:15 de la madrugada del 14 de noviembre de 1974, misma hora en la que en un condado de Nueva York, Ronald De Feo, guiado por una voz demoniaca, asesinó a seis miembros de su familia con un rifle. La suya es la casa maldita de Amityville y hasta ese lugar se dirigió el matrimonio Warren para investigar. ¿Qué hallaron? Olores raros, ruidos y cambios de temperatura drásticos. Al parecer fue más que un arranque de ira por parte del perpetrador… otra de las películas de terror basadas en hechos reales.

El Exorcista

La novela de William Peter Blatty se inspiró en el caso real de un chico de 13 años apodado «Robbie» (para no revelar su verdadera identidad) y tuvo lugar en 1949, cuando se realizó un exorcismo que tomó seis semanas. Todo comenzó porque este chico perteneciente a una familia luterana fue introducido al uso de la ouija por parte de una tía. Cuando ésta murió, sucesos extraños comenzaron a pasarle e incluso objetos levitaron frente a él. El pastor luterano Miles Shulze les recomendó acudir con algún sacerdote católico, el primero de varios que intentaron exorcizarlo, hasta que consiguieron liberarlo del espíritu maligno.

El Exorcismo de Emily Rose

Para cerrar nuestro recuento de películas de terror basadas en hechos reales, Anneliese Michel era una joven alemana de familia profundamente católica a la que en un principio se le diagnosticó epilepsia, después sufrió depresión y, para cuando tenía 20 años, no toleraba ver objetos religiosos y escuchaba voces. Los padres de la chica, convencidos de que estaba poseída, abandonaron los tratamientos médicos y buscaron ayuda de la Iglesia.

Los sacerdotes Ernst Alt y Arnold Renz fueron quienes tomaron el caso. Tras 11 meses y 67 exorcismos, Anneliese murió con neumonía y dos ligamentos de la rodilla rotos; sin embargo, la autopsia reveló que la verdadera causa de su deceso fue desnutrición. Los padres y sacerdotes fueron declarados culpables de homicidio por negligencia.