Por Oswaldo Betancourt L.

Kuno Becker hizo un buen trabajo en los tres rubros que tuvo en esta producción: guión, dirección y actuación.Para su ópera prima decidió no irse por la fácil haciendo una comedia romántica (que en estos momentos abundan) y se lanzó a hacer un thriller.

Un grupo de paramédicos de Arizona trabajan en la frontera con nuestro país. Una noche tranquila y aburrida se convierte en su peor pesadilla cuando entra en su frecuencia un 5 bravo (herido de bala) que está del lado mexicano. Deciden ayudar, aunque esté fuera de sus alcances, pero un grupo de narcos no les permitirá llevárselo a suelo estadounidense, los chocan y quedan atrapados dentro de su ambulancia.

Es una película que no se va por lo obvio, tuvo la opción de resolver la historia de una manera agradable para que tuviera más público, pero llega al punto en que ni siquiera es predecible, la tensión se origina en el exterior pero se tiene su desarrollo dentro de la ambulancia, los personajes muestran poco a poco una cara distinta y las circunstancias los obligan a tomar decisiones drásticas.

Becker nos decía en una entrevista que su objetivo principal era entretener a la audiencia, pero no dejó de lado este tema que compete a los dos países, incluso se da una teoría de por qué se mantiene esta problemática a lado de una de las naciones más potentes del mundo, y su explicación no parece nada descabellada.

El bonusal final de la película no ofrece en realidad nada extra, tal vez recrudece ligeramente la relación que vimos entre los personajes a lo largo de los 84 minutos, pero se siente de sobra. Una película palomera que cumple su cometido y, además, deja algunas preguntas sobre la mesa para el que quiera entrarle al tema.