¿En dónde la conocimos?

Muchos la vimos por primera vez en Dead Calm, de 1989, y ahí nos enamoró. Posteriormente la hemos visto en varias películas y luciendo vestidos espectaculares en las alfombras rojas de los Oscar.

¿Por qué la recordamos?

Por esa carita angelical acoplada a un cuerpo escultural que bailaba y cantaba (y lo hacía bien) en Moulin Rouge, cuando interpretaba a Satine. De hecho, ahí muchos confirmaron que, si no todos, al menos muchos caballeros sí las prefieren rubias. Su porte y elegancia fueron perfectos para darle vida a una cabaretera de la época dorada.

¿En dónde nos gustaría verla?

En el siguiente debate presidencial, como edecán, y con uno de esos vestidos que usó en Moulin Rouge. Ella sería el motivo perfecto para que todos se quitaran la máscara (en una de esas alguien se quita los lentes y de paso los pantalones): la candidata seguro la vería con envidia porque son casi de la misma edad (6 años menos de Nicole), el puntero se sentiría en su hábitat (política-actrices) y el peje seguro se quedaría por unos segundos sin habla… lo cual, pensándolo bien, no es nada fuera de lo común.