La historia es simple, la comedia sosa y la trama no cuenta con giros de tuerca relevantes; sin embargo esta cinta se volvío de culto entre los chamacos gringos. Tal vez, sólo tal vez sea por el encanto oculto que representa nuestro protagonista: un prepo tetísimo que habla mal, su imagen es descuidada y no sabe hacer nada bien. A pesar de esto, es capaz de ayudar a su mejor amigo y nos brinda uno de los mejores bailes en vivo en la historia del cine. La cinta para el geek que todos fuimos en esa postpubertiana edad.