Por Oswaldo Betancourt L.

Esta serie animada francesa dio el salto a la pantalla grande y resultó en una película divertida y entretenida. El brinco de un medio a otro estuvo, afortunadamente, a manos de los creadores originales, Hélène Giraud y Thomas Szabo.

Si no conoces la versión televisiva, te va gustar la combinación de la animación con el paisaje natural, esto hace de la película una propuesta visualmente muy atractiva.

Wall-EyEl Artistason películas predominantemente mudas, pero tienen sus diálogos, enMinúsculosno hay ni una sola palabra, ninguna, y como es algo difícil de hacer la cinta se merece un aplauso por ello; aunque eso no significa que no haya comunicación entre los personajes, los insectos utilizan gruñidos, silbido y risas para expresarse.

La fotografía también es un elemento que vale la pena destacar, basta decir que al comienzo, donde salen las únicas apariciones humanas,nos muestra planos generales de un bosque que te harán sentir muy chiquito.

La historia es muy sencilla: muchos insectos aprovechan un picnic abandonado, entre ellos un grupo de hormigas que, junto con una catarina, se adueñan de una caja de azúcar que protegerán a toda costa de unas hormigas rojas.

En general es una buena opción, no es el 3D más sorprendente pero vale la pena, sobre todo porque es una propuesta diferente.

El únicoperoes que puede llegar a sentirse un poco larga, quizás porque los guionistas/directores tuvieron que pasar de hacer seis minutos por episodio en la pantalla chica a un largometraje que dura un poco menos de hora y media.