En medio de un sistema social que divide en amos y esclavos a los habitantes de una gigantesca ciudad del futuro, nace el amor entre el hijo del amo y una maestra de los obreros. La lucha de clases toca los terrenos de la ciencia-ficción, en esta descripción de un mundo inhumano, en el cual las máquinas rigen la vida de los hombres. Por su importancia narrativa y estética, Metrópolis fue la primera película inscrita en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO en el año 2002. Musicalización en vivo a cargo de Yokozuna.