Por Josue Corro

Antes que

nada, hay algo que debes saber de la nueva película de Robert Rodríguez: no

puedes tomarte en serio a su Machete.Y

no es una declaración enfática que hable de su mala calidad o intrascendencia

fílmica; sino todo lo contrario, es la intención de la película: una

burla/homenaje -bien logrado- al cine de acción de los años 70, bajo un

contexto político controversial que sirve de mera excusa para escribir un

guión. No, no hay mensaje anti yankee

que incite a la violencia de los migrantes en Arizona (aunque claro,

hubo reacciones ultraderechistas que quisieron impedir su exhibición en todos

los estados fronterizos norteamericanos).

Rodríguez y su

primo Danny Trejo (el nuevo Chuck Norris) le dan vida a este film que surgió a raíz del proyecto Grindhouse en 2007, cuando Rodríguez y

Tarantino filmaron dos cintas que parodiaban al Cine de Serie B. Machete es un

ex federal ("federali" según los gringos) que debe limpiar su nombre luego de

que es acusado de intentar asesinar a un senador (Robert De Niro). Al estilo

del director hay escenas ridículas de acción-gore -Machete utiliza el intestino

de un hombre como soga-, típicas referencias chicanas y escenas eróticas a

cargo de Jessica Alba, Lindsay Lohan y Michelle Rodríguez.

En este punto, recae

el mayor pecado del film: demasiados personajes+tramas surreales= una película

que le sobran 40 minutos y se vuelve tediosa al querer definir tantas líneas

argumentales. Sin embargo, Machete

supera sus fallas, porque como dije al inicio, no debe tomarse en serio, sino

como un coctel de diversión en 35mm, repleta de frases pegajosas («Machete

don’t text») y que, aunque suene románticamente absurdo, exalta el nacionalismo

y provoca un orgullo mexicano. No como todas las películas sobre el Bicentenario.

Pero la crítica ne es todo, te tenemos más información sobre la MACHETEMANÍA:

Oh sí, aquí este sitio debería llamarse desde hoy: Machetilango.