Por compartir con la Muerte un trozo de guajolote, un leñador recibe dones curativos. Gavaldón lleva a la pantalla un relato de B. Traven, en el cual su protagonista intenta alterar el destino de los hombres, con inesperadas consecuencias. Destacan la recreación del Virreinato en locaciones de Taxco, Guerrero, la interpretación de Ignacio López Tarso en su primera colaboración con el cineasta, y la fotografía de Gabriel Figueroa. Fue la primera película mexicana nominada al Oscar de Hollywood, en 1961.