Cuando se habla de la filmografía de un país es difícil hablar de sus máximos representantes sin caer en el error de omitir a otros grandes cineastas, pero también es cierto que a veces hay nombres que se repiten en estas pláticas porque trascendieron más allá de sus fronteras. Prueba de ello son estos tres maestros japoneses que dejaron un verdadero legado en el séptimo arte.

Yasujiro Ozu

Se le considera uno de los directores más japoneses, pues hacía melodramas centrados en familias que se enfrentaban a la modernización. Es bien conocido por su técnica, ya que cada vez fue moviendo menos la cámara, usaba tomas fijas y hacía varias tomas de acciones simples. Tambiéninventó el “tatami-shot” (una toma a la altura de los ojos de una persona arrodillada en un tatami) y prefería usar música diegética (o sea, los espectadores escuchamos la misma música que los personajes escuchan en la escena).

Una de sus películas más famosas es Tokyo Story, considerada una obra maestra e incluso destronó a Ciudadano Kanecomo la mejor película de la historia en la lista deSight & Sound (que le pregunta a los críticos una vez cada década por las mejores películas).