Por Hugo Roca

Muchas cuestiones técnicas separan a una obra musical de una película común, y Los miserables juntó todos los méritos que los entendidos de la Academia pudieron pedir. Para empezar, las canciones se grabaron en vivo con el actor escuchando un piano tocado a su ritmo, mientras este actuaba, se movía y cantaba −los arreglos orquestales se añadieron después.

Hugh Jackman (Jean Valjean) y Anne Hathaway (Fantine) perdieron 10 y 20 kilos respectivamente para interpretar a sus maltratados personajes. El resultado es vistoso. El director, Tom Hooper, se apega al tono épico de la historia original, que cuenta cómo el inspector Javert (Russell Crowe) se venga cruelmente delprisionero Jean Valjean, y dirige los episodios de amor, traición, sueños y odio hacia su trágico desenlace a través de un ritmo vertiginoso que hace fluir la narración de manera continua.

Las actuaciones son lo más destacado de este musical. Jackman y Crowe conforman una electrizante pareja protagónica: transmiten conflicto, tensión y peligro. Por su parte la interpretación de Hathaway, aunque breve, es intensa y logra transmitir el sufrimiento de Fantine.