Por Miguel Rivera

Glenn Ficarra y John Reqcuadirigieron juntos la ópera prima de ambos: I love you Phillip Morris. En ella demostraron que el amor (el estúpido y loco amor) es el epicentro de la comedia. Y en esta nueva entrega, al igual que en aquella pequeña joya –estelarizada por Jim Carrey y Ewan McGregor–, nos regalan –a falta de un mejor término– una bocanada de aire fresco.

Su primer acierto: el elenco.

Cal, interpretado por un muy evolucionado Steve Carrel, presenta a un hombre en los estragos del divorcio. El vistazo de profundidad que vimos de Carrel en Little Miss Sunshine vuelve y se convierte en la línea conductora de su personaje. Adiós,Virgen a los 40 años;hola, ícono del comediante del siglo XXI (que sólo ha tenido sexo con una mujer en su vida). La razón del divorcio: el adulterio por parte de la esposa, la razón de la reconciliación: Julianne, siempre-empática-talentosa-y-sutilmente-fuera-de-sus-cavales-Moore. Ahora, no digo que la puesta de cuerno deba ser perdonada (o mucho menos entendida) pero si a alguien le vas a dar un segundo chance, de una vez que sea a Julianne-soy-tan-famosa-que-no-me-molesto-con-maquillaje-Moore.

Por otro lado, como el galán empedernido –que decide transformar a Carrel de un perfectamente adecuado padre de suburbio a un caza mujeres cuarentón– está Ryan Gosling. Muchos (muchas) lo recuerdan por su aparición estelar enDiarios de una pasión, pero este servidor –como auto reconocido fanático de los filmes épicos deportivos– lo tiene en su memoria como el enclenque ala abierta del equipo dirigido por un malhumorado Denzel Washington, en Duelo de Titanes.Tremendo cambio. Así como diría el personaje de Emma Stone (Hannah), cuando Gosling se desprende se sus ropas: it’s like hes photoshopped!Hablando de Stone, fíjense bien, muy atentos al talento detrás de todas esa pecas. Estamos presenciando a la nueva novia de Hollywood.

Así, con estos cuatro personajes, el resto de la familia –y agregados circulando con hilarantes actuaciones alrededor del muy bien integrado núcleo– y una historia que corre círculos alrededor de los clichés hollywoodenses (mientras se burla de los mismos en el camino) tenemos como resultado una comedia que supera cualquier expectativa. Un clásico del creciente género de chick flick para hombres que tanto amamos decir que lo odiamos, cuando en realidad lo adoramos.

Es feliz, triste, hilarante, decepcionante, vigorizante, profunda e irrepetible. Más o menos como el amor.