Ésta no es la primera nominación de Rodrigo Prieto a los premios de la Academia, aunque parece que este año va a ser el suyo: Silence, de Martin Scorsese, es la favorita de la crítica y de todos los chilangos que seguramente correremos al Ángel una vez que se lleve la estatuilla dorada (¡si lo hicimos con DiCaprio y ni es mexicano!).

Lo cierto es que cada vez que hablamos de un director de fotografía, todos pensamos en el Chivo Lubezki, aunque esto es un poco injusto porque la filmografía de Prieto es asombrosa: El Lobo de Wall Street, Alexander, Argo, 21 gramos, 8 Mile o la mexicanísima Amores Perros. Platicamos con él en la breve gira que dio por nuestra ciudad y platicamos un poco de su quehacer como cinefotógrafo.

A ver, Rodrigo, para empezar cuéntanos la verdad: cuando vas de vacaciones con tu familia, ¿grabas todo como millennial? (reímos)

¡Vacaciones!… vacaciones… hmm… como que me suena esa palabra (ríe) ¡Hace mucho que no tomo vacaciones! No, ¿cómo crees? Vivo tanto tiempo detrás de una cámara que de alguna manera siento que me separa de la vida. Es por eso que, a pesar de que la uso para acercarme a las emociones de los actores, en la vida real prefiero no tener ese filtro y experimentarlo yo. Mi papá sí lo hacía conmigo: yo lo hago un poco y solo con mi teléfono.

¿Cómo te nutres de imágenes para comenzar un proyecto? ¿Cómo hacerlo para una película que Scorsese tuvo ahí durante 28 años?

Pues en general para las películas que hago tengo una colección de libros de fotografía fija con imágenes que me remiten a emociones: puede ser un color, una textura, una composición, una luz… y eso uso para comunicarme con los directores. En el caso de Silence no usé libros de fotografía fija, sino arte. El arte barroco de aquella época, sobre todo.

“México tiene una cultura visual muy importante y crecemos mirando el mundo con un color muy específico, incluso en el arte”.

Creemos que México vive el color de una manera diferente a lo que lo hace el resto del mundo: usamos combinaciones rarísimas y se pueden ver en todos lados, incluso aquí en la ciudad. ¿Crees que el trabajo de los buenos cinefotógrafos mexicanos tenga que ver con esta manera de vivir el color?

Sí. Yo creo que México tiene una cultura visual muy importante y crecemos mirando el mundo con un color muy específico, incluso en el arte. Pero curiosamente, ahora que mencionas esto, cuando Pedro Almodóvar me entrevistó para Los Abrazos Rotos le parecía que como mexicano –según él– no tendría pudor en la utilización del color y que eso le gustaba porque su cine es de un color muy intenso. Y yo dije “bueno, no voy a fotografiar todo con un colorido extremo, pero en el caso de Almodovar seguro que sí”.

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foto: Guillermo Guerrero

¿Cómo es tu trabajo mental en el momento en el que estás en filmación? ¿Hay un silencio en tu cabeza mientras los demás están actuando a tu alrededor?

Esa es una pregunta interesante. Cuando estoy en el set, todo el tiempo estoy pensando en lo que estoy haciendo y en lo que voy a hacer. Entonces me pasa a veces que la gente me ve callado y piensan que estoy aburrido: llegan y me empiezan a contar anécdotas, ¡y no!, yo necesito espacio y tiempo mental. Trato de darme por lo menos uno o dos minutos antes de cada emplazamiento sin que nadie me hable para pensar qué voy a hacer y hasta no tener yo la idea, no voy a decir nada.

“Los migrantes mexicanos tenemos mucho que aportar, no sólo a nivel cultural sino también en cualquier otra área”.

Te tocó una nominación en un momento difícil para México y EU. ¿Sientes esta presión, no tanto desde el lado artístico sino del político?

No, no siento presión política, pero es importante el hecho de que un migrante mexicano sea reconocido, y ojalá eso sea escuchado. Que sea una forma de demostrar que los migrantes mexicanos tenemos mucho que aportar no solo a nivel cultural sino también en cualquier otra área. No todos hacemos lo mismo, hay miles de profesiones de migrantes mexicanos, no significa que sólo en el cine vamos a aportar. Espero que esta nominación permita que haya un poquito más receptividad y de tolerancia a los migrantes.

Ya para acabar: ¿tu grupo favorito?

Crecí siendo fan de la banda Queen. Su música tiene una variedad muy diferente de sonidos: de repente ópera, y de repente rock pesado. Y trato de hacer eso con mi trabajo también: darle esa variante, a veces pa’ arriba y a veces pa’ abajo. Ándale, ponle ahí que Queen (todos reímos).

Nos despedimos con un buen abrazo y le deseamos mucha suerte. ¡Todos al Ángel si gana Rodrigo!

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