Por Javier Pérez @JavPeMar

Las películas animadas funcionan con personajes arquetípicos. Y si no recurren a los moldes clásicos, por lo menos sí hacen adaptaciones a su época. Si vivimos en una época en la que abundan las historias reivindicativas del nerd, es lógico que el cine animado se apoye en ellas y busque a sus protagonistas entre inventores brillantes. Fue el caso de Lluvia de hamburguesas (Cloudy with a chance of meat falls, 2009) y su continuación, que es la película que aquí nos ocupa.

Lluvia de hamburguesas 2. La venganza de las sobras tiene como protagonista a Flint Loco (Lockwood en inglés), un joven y enjundioso inventor que creó una máquina que producía lluvias de comida a la que finalmente tuvo que destruir, apoyado por sus nuevos amigos, porque se salió de control y se volvió un riesgo mundial. Justo en el momento en que empezarían con los trabajos de limpieza de su isla, la Isla Bocado, llega un equipo de The Corp of Life, la compañía de Chester V, el héroe de toda la vida de Flint (que curiosamente hace que uno piense en Steve Jobs) .

Su misión, dice el holograma de Chester que va con el equipo, es reubicar a los habitantes de la isla para que su compañía se encargue de limpiar su hogar. Pero todo es un plan con maña. Cegado por la admiración que raya en el fanatismo, Flint acepta el empleo que le ofrecen en la compañía de su ídolo sin ni siquiera imaginar que su máquina de nombre impronunciable, a la que Chester no puede encontrar, sigue activa y que ha convertido la Isla Bocado en una especie de Parque Jurásico pero de frutas y verduras (con araguesas, tacodrilos, fresas vivientes…).

Cuando sus equipos de búsqueda fracasan, Chester aprovecha la caída de ánimo de Flint para enviarlo a una misión peligrosa para salvar al mundo una vez más. O eso le dice, porque le remarca que debe ir solo. Pero a Flint no lo dejan ir solo su novia Sam Sparks –la metereóloga–, Steve el mono, Brent, Tim y Manny.

Dirigida por Cody Cameron –director de Open season 3 y experimentado actor de doblaje que hizo las voces de los tres cerditos y Pinocho para la serie Shrek– y Kris Pearn –director debutante experimentado en la animación de series y en storyboards de películas como Hotel Transilvania–, Lluvia de hamburguesas 2 carece de profundidad en sus personajes. Es un divertimento visual, destellantemente luminoso, con un buen uso de la 3D y algunos gags y chistes muy buenos en especial para los espectadores más pequeños.

Lo que sí hay que rescatar es que pone sobre la mesa los problemas de la alimentación, de la ambición de poder y de la contaminación.