Este documental inicialmente fue encargado a Arturo Ripstein como un proyecto de cortometraje para registrar los últimos meses de Lecumberri como cárcel preventiva, para dar paso al Archivo General de la Nación. Al adentrarse en el lugar, sus entonces habitantes y su historia, el cineasta comprendió que era imposible capturar tanta información en un corto, por lo que propuso convertirlo en un largometraje documental. Con el nuevo proyecto, Ripstein contó con la participación de Tomás Pérez Turrent y José Emilio Pacheco para darle forma a este testimonio.