Segundo filme del multipremiado director iraní, Majid Majidi, tras El color del paraíso (1999), que mediante símbolos y metáforas reflexiona de nueva cuenta acerca del universo de la ceguera y de la vista, contrastando las percepciones de belleza de los ciegos frente a aquellas que detenta la sociedad. Filmada en Irán y Francia, la cinta construye el retrato existencialista de un hombre que tras 40 años de oscuridad recupera la vista, milagro que terminará por distanciarlo de todo, incluso de su esposa y de sí mismo