–PorOswaldo Betancourt L.@rockswaldo

Este año hemos tenido una estampida de películas animadas protagonizadas por animales, Zootopia, Kung Fu Panda 3, Angry Birds La película, La Era de Hielo: Choque de mundos, Buscando a Dory, y en unos meses la corrida sigue con Sing ¡Ven y canta!

Pero a diferencia de las antes mencionadas, el hecho de que se trate propiamente de mascotas es un buen gancho para traer a la salas a todos aquellos animal lovers que tal vez busquen reminiscencias de sus “perrhijos” (o especie en cuestión) en los personajes, y afortunadamente para ellos las encontrarán.

Hay chistes obvios sobre las conductas de las mascotas, pero otros son más elaborados, como la preferencia musical de uno por el metal y las fiestas que arman, pero también hay una escena muy graciosa y genial dentro de una fábrica de salchichas que rompe brevemente con el esquema narrativo.

El protagonista de esta historia es un pequeño canino llamado Max, fiel mascota de su amada Katie, pero todo cambia cuando ella llega con otro perro grande y peludo llamado Duke. La fricción entre ambos hace que terminen en la calle y rumbo a la perrera son rescatados por una banda de mascotas abandonadas que odian a los humanos y tras un incidente serán perseguidos por Snowball, el líder y verdadero antagonista de esta fauna sin hogar, un conejo tierno y violento.

La premisa de la película se cumple y se va más allá, pues además de mostrarnos lo que hacen las mascotas cuando no estamos hay una aventura que rompe con esta rutina. El largometraje resulta entretenido, ideal para una tarde familiar, y si bien es cierto que Illumination Entertainment está haciendo muy bien las cosas en en este terreno (la animación del estudio es técnicamente impecable y hay un momento en el que vale mucho la pena el 3D), dista mucho de posicionarse como un clásico, tal vez porque a pesar de que los personajes son simpáticos no alcanzan a ser entrañables.

El doblaje, como suele suceder en animación, es atinado. Eugenio Derbez vuelve a darle personalidad a un animal (uno de sus grandes éxitos fue el burro de Shrek) y a diferencia de otros youtubers, locutores o celebridades invitados únicamente por su “fama”, la participación de Chumel Torres es discreta y bien realizada.

Veredicto: La película tiene todo para que pases un buen rato.

Pilón: Cual si fuera una producción de Pixar, el estudio abre con el corto Mower Minions, un entremés perfecto, incluso más memorable que la película de estos seres amarillos.