Nicolás Echeverría tiene una carrera de 40 años como cineasta, inclinado al quehacer documental. Su temática principal han sido los indígenas, particularmente los huicholes y sus ritos, quienes tienen un lugar importante en su filmografía.

Desde niño tuvo interés en esta comunidad, pues al ser de Nayarit, tenía cierta cercanía con ellos. Me cuenta que antes era difícil acceder a su ritual, tenías que caminar durante días porque no había una ruta directa.

Para su más reciente documental, Eco de la Montaña, siguió a Santos de la Torre, un artista Wixárika que hizo un mural que está en el Museo de Luvre y ahora vive en el olvido, en su viaje a Wirikuta para pedirle permiso a los dioses para hacer un nuevo mural.El director me comenta que allá por 1973 o 1974 hizo su primera visita a este lugar. Son 620 kilómetros de este viaje por la Ruta del Peyote.

Nicolás considera que la comunidad indígena no es muy popular entre la población, para él representar ese otro mundo es difícil porque “vivimos a lado de esta gente y muchos no se interesan ni se preocupa por ellos“. El cineasta espera que la audiencia voltee su mirada con este trabajo a la historia, mitología y prácticas religiosas de este pueblo.

Echeverría no es el típico cineasta, dice que durante su juventud agarró su mochila y se fue de “viaje”, justo como lo hacían muchos jóvenes en esa época. Conoció a María Sabina cuando él estudiaba en el conservatorio, mucho antes de siquiera pensar en dedicarse al cine “consumí hongos con ella, pero nunca entendí lo que era un ritual con indígenas hasta que [lo] filmé”. “Ella repartía los hongos, cantaba y nos dejaba a nuestra suerte porque no había una comunicación directa, no hablaba español”.

Quiere que la gente entienda que esto es un ritual de purificación, por eso quienes participan van en silencio. Para darte una idea de la fuerza de esta planta, el también maestro me dice que con cinco peyotes viajas en serio, y los hucholes se comen hasta quince o veinte. “Imagínte el grado de pureza y de de madurez espiritual que necesitas para aguantar un viajecito de una semana”.

Sólo hay una regla, tiene prohibido comer peyote si están alterados, con algún rencor o miedo, porque eso les provoca el “mal viaje” y éste es peligroso porque uno se puede perder en el desierto, “es como un mar abierto, sin referencias de ubicación”, explica Echeverría y me viene a la mente un capítulo de Los Simpsons.

Nicolás quiso mostrar que los huicholes son orgullosos de su forma de ser y vivir. Por eso él también ha probado el peyote, de hecho la ultima vez que lo hizo fue durante la realización de esta película. “Después de filmar lo que necesitaba, ellos me pidieron compartir el peyote con ellos, rechazarlo hubiera sido una ofensa terrible”, comenta.

La película se estrena el 12 de junio.