El resumen es tan sencillo como: la versión fílmica de Lost.

Si bueno, pero con ciento y un grados menos de emoción, adrenalina y calidad.

Un grupo de amigos se embarcan en un viaje, de pronto una tormenta azota a su barco y como resultado ta ta taaaaan: son llevados por el mar a una paradisiaca isla desierta.

No, mentira, es en realidad una isla habitada por un tribua (oh, claro, de ahi el nombre, gracias) que le harán la vida imposible.

No hay un John Locke o Jack para salvarlos.