Arturo, un parsimonioso taxista de sesenta años, tiene que conseguir mil dólares en menos de 24 horas. Su hijo mayor, Ramiro, que se fugó de casa tres años atrás, acaba de llamar desde Amsterdam pidiéndole ayuda urgente. Ese mismo día, Leandro, el hijo menor que aún vive con él, planea robarle sus ahorros. Este filme, segundo largometraje de Pablo Fendrik tras El asaltante (2007), surgió a partir de experiencias del cineasta con su propia familia, y participó en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2008.