Jackie, en problemas por su alcoholismo, se ve liberada de su rehabilitación y agradece una segunda oportunidad con un trabajo nuevo y un depa amueblado en Havenhurst.

Con la culpabilidad sobre su espalda, debido a la trágica pérdida de su hija de 8 años de edad, Jackie se mete rápidamente en los misterios de Havenhurst, en particular en la desaparición sin resolver de la anterior ocupante del departamento: una mujer de la que se hizo amiga en su proceso de rehabilitación y que recientemente desapareció sin dejar rastro.

Con la ayuda de un duro detective de la policía de Nueva York y una niña solitaria que vive bajo la sombra de los sádicos caprichos de sus cuidadores, Jackie debe combatir a sus demonios internos y también a los muy reales que viven en las paredes de Havenhurst.