Por Eric Orlando Jiménez Rosas

Cornelia Kerenes (Luminita Gheorghiu) es una madre sobreprotectora, sofocante y posesiva. Cuando su hijoBarbu (Bogdan Dumitrache)es acusado por la muerte de un niño en un accidente automovilístico, de inmediato se pone acción para hacer todo lo posible, dentro y fuera del marco legal, para evitar que lo condenen, haciendo uso de su privilegiada situación económica. Corneliaaprovecha este estresante y trágico evento, para mantener a su hijo cerca de ella, procurándole todo tipo de atenciones, al tiempo que intentar desplazar a su nuera.

Barbu, quien en un inicio permanece perturbado, comienza a asfixiarse con la constante presencia e intromisión de su madre,hasta que decide apartarla de su problema y de su vida, revelando en el proceso resentimientos añejadosdesde hace tiempo. La tensión crece cuando Barbu debe enfrentar a los padres del niño fallecido, punto en el cual madre e hijo intentan definir, de una vez por todas, lo límites de su relación.

Inspirada en la relación con las respectivas madres de los guionistas,el mismo Calin Peter Netzer y Razvan Radulescu, la historia es una muestra del extremo comportamiento de una madre que se niega a renunciar a la exclusividad, que asume como legítima, sobre su hijo. Este es un comportamiento interesante y complejo,ya que en apariencia todo es buena voluntad, es generosidady apoyo. La misma Cornelia no puede entender qué está haciendo mal. Sin embargo, los efectos sobre Bardu son importantes, y posiblemente hayan afectado su relación de pareja y su decisiones sobre el futuro.

El comportamiento desbordado de Cornelia no sólose muestra en sus acciones, sino también en la percepción que tiene sobre su hijo.La derrama de atención le impide darse cuenta de ciertos aspectos siniestros que posee su hijo.De igual manera, este vínculo patológico lleva a Cornelia a exponerse e involucrarse con el mundo de la corrupcióny con la vergüenza y culpa de aproximarse a los padres de la víctima.

Quizá el aspecto más bizarro de esta unión unilateral que establece Cornelia, es que aprovecha, al parecer gustosa, la tragedia para traer de vuelta a su hijo. Comosi la desgracia le hubiera sentado bien, y le permitiera una vez más propinarle a su hijosu más cálidas atenciones. Lo escalofriante es que todo indica que esos excesos satisfacen más las necesidades de ella que las de su hijo. Hay una escena inquietante, donde Corneliale da un masaje en la espalda a Barbu, y sospechosamente se detiene en una zona que ya forma parte de las nalgas, y se insinúa un posible y sutil placer erótico en ella.

De esta manera, el tema de la madre sobreprotectora es hábilmente presentado por Calin Peter Netzer como un comportamiento intrincado,plagado de matices que hacen la historia interesante e intrigante.La película añade una dimensión temática que fortalece la historia: la corrupción de las instituciones y los privilegios e impunidad que se obtienen con influencias y dinero.Estos recursos, en manos de una madre extremadamente opresiva,que ve cómo los policías “están como hienas saltando sobre mi bebé”, hacen que la patología de Cornelia adquiera versatilidad y diferentes formas de manifestarse.