Louise es dueña de una plantación de perales en la Provenza francesa. Desde que su marido murió, se ha tenido que encargar sola de todo el negocio.

Sin embargo, el banco amenaza con embargarle el crédito, los clientes desconfían de sus capacidades como agricultora y, por si fuera poco, atropella a un desconocido delante de su casa. Pierre, que así se llama el atropellado, parece ser un tanto especial.

Exageradamente ordenado, desconcertantemente sincero, Pierre es un tipo extraño que disfruta citando número primos. Pierre, de gran sensibilidad, irrumpe estrepitosamente en la vida de Louise, le ayuda, por no decir que incordia, en el mercado vendiendo sus deliciosas peras.

Tiene la sensación de que ha encontrado algo que pensaba que no llegaría nunca a echar de menos: un hogar. Louise intenta mantenerlo fuera de su vida y de su roto corazón aunque no se deshará de Pierre tan fácilmente. Pero, ¿de qué estará huyendo Pierre?