Por Ira Franco

Si te gustan las películas donde la actuación lo es todo, ésta es la opción. Glenn Close obtuvo su sexta nominación al Oscar por este papel (y volvió a perder contra la invencible Meryl Streep). Albert Nobbs es la historia de un personaje trágico cuya identidad ha quedado enterrada entre los escombros de la mujer que fue y el hombre que tiene que ser para poder tener abiertas las posibilidades de decidir sobre su propia vida. Albert es mesero en uno de los hoteles más lujosos de Irlanda en el siglo XIX y su única ambición es ahorrar lo suficiente para un día ser propietario de una pequeña tienda. Aunque la vida de Albert es solitaria todo parece ir bien hasta que el pintor de casas es contratado para remodelar el hotel. Con este encuentro, Albert se dará cuenta de que hay otro modo de vivir su cambio de sexo, incluso la posibilidad de tener una pareja, casarse y envejecer con alguien.

La dirección de Rodrigo García (hijo del Nobel de Literatura colombiano, García Márquez, quien ya trabaja de fijo en Hollywood) es correcta y se pone al servicio de esta historia que es en realidad un duelo de titanes de la actuación. No falta la crítica a la sociedad conservadora –no la del siglo XIX, sino la contemporánea– y en las manos de Glenn Close, Albert se convierte en un personaje inspirador no solo para el empoderamiento femenino, sino para cualquiera que no sepa bien a bien quién es y en quién puede convertirse. Lo único que se extraña es la falta de recursos cinematográficos: la película bien podría ser una obra de teatro filmada.