Por Javier Pérez

La saga de La era del hielo ha sido bastante exitosa para la 20th Century Fox. La excentricidad de una manada atípica sigue funcionando como unificador de un relato de aventuras que descansa en la fórmula del cumplimiento de una misión aparentemente imposible. Con esa línea ha llegado ya hasta la cuarta entrega. Y salvo quizá en la primera parte, cuando tal vez ni siquiera se vislumbraba ya no digamos una saga, sino una segunda cinta, no importa el apego histórico a las eras geológicas. Más bien interesa que la intriga funcione y que el relato moral marche por una narrativa entretenida.

En ese sentido, la dirección de Steve Martino (Horton y el Mundo de los Quién, 2008) da a la historia unas buenas dosis de suspenso con la inclusión del agua –ya utilizada con fines parecidos aunque no tan protagónicos en entregas anteriores– como elemento vital para la trama. Así como la de unos malvados y rencorosos piratas. Otra “manada” atípica.

El detonador de la historia es, como siempre, Scrat, la ardilla embrutecida por su obsesión por enterrar una bellota. Ahora el resquebrajamiento que provoca es el de toda la plataforma continental al grado de formar los continentes tal y como hoy los conocemos. Eso ocasiona que la superficie se transforme, que nazcan nuevas montañas y que Manny el mamut, Sid el perezoso y Diego el tigre dientes de sable salgan disparados hacia mar abierto sobre un bloque de hielo. Justo cuando Manny enfrentaba el crítico momento de la adolescencia de Morita, su hija que, como su madre Ellie, tiene ciertas costumbres de zarigüeya.

Al igual que las fábulas, y las cintas animadas en general, los animales son un reflejo del comportamiento humano. Antropomorfismo pues. Y la familia, en su significado más vasto, es otra vez el eje nodal de los posibles mensajes. Pero eso no le resta al entretenimiento que ofrece La era del hielo 4.

Técnicamente muestra la solvencia para emplear la 3D ya no como mera herramienta efectista. Ahora cumple a carta cabal con el objetivo de dotar de tridimensionalidad a personajes y escenarios. Una sensación de profundidad que permite disfrutar de detalles y ambientes, algunos oscuros, como el de la tormenta, el de las sirenas y el asalto de la banda de piratas comandada por el despiadado simio Gutt. O espectaculares, como la batalla/rescate final.

La inclusión de nuevos personajes ha sido muy importante en la saga. Ahora, además de los malvados, se añaden la tigresa dientes de sable Shira y la divertida y entrañable abuela de Sid, con su peculiar mascota. Y Scrat, como siempre, refresca con sus apariciones, como cuando aparece en aquella idílica isla que refiere a la civilización griega.

Por cierto, las más de mil copias con que entra La era del hielo 4 en la cartelera, ninguna subtitulada, se acompañan de un cortometraje en 3D protagonizado por Maggie Simpson en el cual enfrenta a su némesis: un bebé cejijunto y mal encarado.