Seguro cuando lees o escuchas cine europeo, te imaginas la película francesa leeenta que a pocos les gustan. Sí, existen, pero no es lo único. Europa del este ha dejado grandes lecciones al cine mundial que sólo porque estan lejos no nos llegan tanto, como toda la palomería gringa.
Por ejemplo, el cine checoslovaco —cuando aún era la antigua república de Checoslovaquia y vivía sometido por el Estado soviético— hacía más de 250 películas animadas al año. Eso ni Disney en sus mejores tiempos.
Era más fácil hacer cine animado debido a la censura del Gobierno a los medios en general, algo que también sufrían el cine polaco y húngaro. Los cineastas podían introducir temáticas de crítica social y ejercer su libertad de expresión más fácil con el cine animado.
No solo por su temática, sino también por su técnica, los directores checos influyeron mucho en el trabajo de cineastas que han usado el género para transmitir mensajes.
El director Karel Zeman, considerado como el Georges Méliès del cine checo, inspiró también al propio Jan Švankmajer, uno de los grandes maestros del cine animado, al propio Terry Gilliam y a los Hermanos Quay, gemelos idénticos que se han hecho un camino en cine de stop motion tradicional en Inglaterra.
El cine animado, con tanto desarrollo tecnológico en computadora, ha creado un resurgimiento de artistas y técnicas tradicionales, como el trabajo de Charlie Kaufmann en Anomalisa, la película de El principito del director Mark Osborne y los trabajos de los estudio Laika, quienes no podría dejarse de influir por los grandes maestros checos.
Veamos algunas de estas películas y sus directores.

Jan Švankmajer

Uno de los últimos surrealistas vivos, Švankmajer ha hecho una carrera en el cine animado desde los años 60 hasta nuestra época. A sus 81 años, Jan está buscando financiamiento ahora para lo que será su última película, una adaptación de la obra Insectos, de los escritores y dramaturgos Josef y Karel Capek, el último, creador del concepto Robot. Su primer largometraje Alicia, es también es uno de sus más memorables, mezcla de animación con actores reales:

Ji%u0159í Trnka

Escenógrafo, director, ilustrador, Trnka fue uno de los más versátiles directores de animación, algo que hizo que se le denominara como el “Walt Disney de Europa del Este”. Hizo más de 20 películas, incluidos 6 largometrajes. La mano, su último cortometraje, es uno de sus más recordados, tanto por su técnica, como por el mensaje polítco caracterísitco del cine animado checo:

Ji%u0159í Barta

Creador de muchos cortometrajes galardonados, Barta es otro de los maestros contemporáneos del stop motion. El director lleva más de dos décadas intentado realizar una versión animada de El Gole, leyenda judía de un ser creado artificialmente para proteger al pueblo, pero que se escapa de su control, algo que inspiró a Mary Shelley en la creación del mito de Frankenstein. Juguetes en el ático es una animación que desarrolló Barta antes los problemas para poder producir su gran obra. Este proyecto estuvo pensado más bien en una animación para niños, más comercial y para un público más amplio

El planeta fantástico

Coproducción entre Francia y la República Checa, esta joya surrealista y psicodélica de los años 70, fue realizada en los estudios de Ji%u0159í Trnka. Dirigida por René Laloux, quien después trabajaría con el gran artista del bande dessinée Moebius, cuenta la historia de un planeta en donde conviven dos razas, los Oms (humanos que viven sometidos y son tratados como animales) y los Draags, gigantes azules que someten a los humanos. Reminiscente del arte psicodélico del rock progresivo y del surrealismo de Dalí, El planeta fantástico es una de las más representativas muestras del cine europeo de animación:
Todas estas cintas las puedes apreciar en video, en el Canal 11 y el 22, en donde las programan regularmente.