¿Qué fue lo que te atrajo para filmar esta cinta?
Una de las razones principales fue que iba a trabajar con Andy Serkis. Admiro mucho el trabajo de mímica que hizo como Gollum, en El Señor de los Anillos. Ahora, en el papel del simio César, fue estimulante. Es admirable cómo actúa de chimpancé. Creo que trabajar con el equipo de animación WETA (El Señor de los Anillos y King Kong) fue una experiencia fascinante.

El filósofo y pintor Francisco de Goya escribió: “El sueño de la razón engendra monstruos”. Esta precuela de El planeta de los simios parece rendir homenaje a los excesos de la ciencia y la tecnología, ¿no crees?

De acuerdo, a diferencia de las otras películas que se han hecho sobre El planeta de los simios, que tienen mayor contenido social y político, esta versión está mucho más influenciada por el relato de Mary Shelley del Dr. Frankenstein, ese semidios que juega con la biología e interviene con la ciencia. Mi personaje Will Rodman es un tipo sombrío, con muy poca empatía por la vida y que no tiene mucha relación con su padre, éste tiene Alzheimer, y la enfermedad hace que se conecten. La relación con los chimpancés, transforma a Rodman en una figura paternal. Finalmente, la enfermedad y su invención, que puede ser otro tipo de patología, lo vuelve un ser más humano y sensible.

¿Crees que el ser humano está más interesado en inventar nuevas tecnologías en vez de relacionarse mejor con el prójimo?

Creo que la obsesión del ser humano es construir para luego destruir. Tiene una obsesión por poseer cosas, y una vez que la obtiene, pierde el interés. Por ejemplo, es curioso pero se han inventado las redes sociales para estar en contacto con amigos y familiares, pero ¿cuántas personas tienen miles de “amigos” en Facebook o seguidores en Twitter, pero en su vida diaria están solos? Creo que la gente ha olvidado cómo comunicarse con el prójimo, ya no sabe cómo ser empático con el dolor ajeno, ha perdido el instinto de comunicarse, ahora necesita una pantalla o un aparato enfrente para poder hacerlo, y de esta forma se vuelve más dependiente de los objetos. Es una especie de “cosificación” de las relaciones humanas.

¿Cómo es tu relación con las redes sociales?

Es una muy buena herramienta para no depender tanto de los medios. Es una forma autosuficiente de decir lo que quieras. Sin embargo, como figura pública — por los contratos que tienes con muchas empresas—, no puedes ser tan dueño de tus ‘tuits’, existe una restricción y una conducta responsable. Así que decidí que mi Twitter y Facebook sean privados, para no generar disgustos o desacuerdos. – J. Carlos Villanueva