Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo es un documental siituado en un lugar impreciso entre el retrato, la crónica y el relato íntimo. Es también una película de suspenso y misterio que muestra que puede haber grandes historias en cada esquina (como en la del título: Shakespeare y Víctor Hugo, de la colonia Anzures en el DF).

Es además, una semblanza profunda de dos personajes solitarios, entrelazados fuerte y extrañamente. Uno le cuenta al otro, y a la vez se escucha a sí mismo. Sí, este es un texto que da muchas vueltas y no quiere entrar en precisiones, porque la ópera prima de Yulene Olaizola trabaja con maestría la dosificación progresiva de información, y la despliega con gracia, armonía e inteligencia.

Una cinta que cuestiona el límite entre la cordura y la locura para situarse en el inquietante umbral de la incertidumbre, justo donde la sospecha inaugura el temor por lo desconocido. Para ello, Olaizola pone en marcha un dispositivo aparentemente sencillo que para nada hace preveer lo tintes siniestros que llegará a alcanzar la reconstrucción de los acontecimientos que rodearon el paso de Jorge Riosse por la casa de huéspedes de su abuela.