Todo parece estar cambiando a mejor en el Hotel Transilvania, la rígida política de “sólo para monstruos” establecida por Drácula, se ha relajado y se han abierto las puertas también a huéspedes humanos. Pero, de ataúdes para dentro, Drácula está preocupado al ver que su adorable nieto Dennis, medio humano y medio vampiro, no muestra signos de ser vampiro.

Así que mientras Mavis está ocupada visitando a sus suegros humanos en compañía de Johny e inmersa ella misma en su propio choque cultural, el abuelito Drácula recluta a sus amigos Frank, Murray, Wayne y Griffin para hacer que Dennis pase por un campamento de “entrenamiento de monstruos”.

Lo que ellos no saben es que el gruñón, y de la muy, muy, muy vieja guardia, padre de Drácula, Vlad, está a punto de visitar a la familia en el hotel. Y cuando Vlad descubra que su bisnieto no es de sangre pura y que los humanos también son ahora bienvenidos en el Hotel Transilvania las cosas se van a poner complicadas.