Por: Hugo Juárez (@poketronik)

¿Qué sale de la mezcla del estilo de Tarantino, persecuciones al estilo James Bond, secuencias tipo Matrix y ejecuciones que parecen fatalities de Mortal Kombat?

Conoce al Agente 47, un soldado de élite genéticamente diseñado desde antes de nacer para eliminar todo sentimiento y rasgo de humanidad con el fin de ser la máquina de matar perfecta.

¿Te suena? Si te gustan los videojuegos seguramente sabes que esta película está basada en una exitosa saga que primero era de Eidos y ahora es de Square Enix. Hitman tiene en su haber varios juegos desde que salió el primero en el 2000 y ya inspiró una película en el 2007 (a finales de año saldrá un videojuego más). Pero no te preocupes: no necesitas haber jugado los videojuegos para entender todo este meollo (aunque eso sí, la película tiene buenos guiños y detalles escondidos que todo buen gamer reconocerá).

El Agente 47 regresa al cine esta vez para detener a una maligna corporación que busca repetir la “receta” con la cual fue creado para producir agentes en masa y crear soldados perfectos. Para ello debe hacer equipo con una misteriosa mujer que también está buscando indirectamente el secreto del origen de estos soldados. Juntos deberán enfrentarse con su pasado y confrontar poderosos enemigos para descubrir sus respectivos orígenes.

Hitman: Agente 47 es una película que sería pura acción si no fuera por los momentos en los que diálogos ridículos, los chistes fallidos y sentimentalismos rompen con su ritmo. Dejando esos infortunios de lado, hay que mencionar que la acción está bastante bien lograda y es muy entretenida: tomas cerradas, acrobacias, persecuciones a la James Bond, cortes vertiginosos, explosiones moderadas pero efectivas, gadgets y mucha, mucha, pero MUCHA sangre (el director no se tocó ni tantito el corazón para censurar los crueles asesinatos). También es inevitable pensar en Tarantino a la hora de ver los movimientos bien coreografiados o los escenarios. Hasta algunos diálogos te serán familiares.

Mención aparte merece la fotografía, que hace lucir mucho los escenarios de Singapur al igual que la violencia extrema. También Hitman: Agente 47 tiene un ligero e interesante look de cine europeo que la hace destacar de entre todas las demás películas del estilo Misión Imposible / 007 que verás en tu vida. Aplausos por eso y por el toque “videojueguil” de algunas de las escenas, los elementos gráficos y el uso de la tecnología.

De ahí en fuera, aunque pudo ser un thriller interesante, la película cae en incongruencias, momentos ridículos (de ésos que te harán decir “ay, sí, qué casualidaaaaad”), y algunos enredos argumentales.

El cast no termina de integrarse del todo y alguno que otro intérprete cae en la sobreactuación: Zachary Quinto no sale de su papel de villanazo malo, malo, malo y cuadrado; Rupert Friend (quien sustituyó al fallecido Paul Walker para el papel del Agente 47) se tomó muy a pecho su rol de Agente sin sentimientos y acartonado; y la damisela en peligro que se convierte en femme fatale no me convenció del todo.

Si bien la película no te va a aburrir, queda sólo como un buen intento de refrescar la cartelera y de llevar los videojuegos al cine de una forma efectiva. Es totalmente palomera.

Ah, y se me olvidaba mencionar otro gran “homenaje” de esta película: si eres cinéfilo, vas a encontrar inevitables las comparaciones con Terminator. ¿Por qué? Chécalo por ti mismo. Aunque esto no es precisamente algo negativo, hubiera sido bueno que el guionista fuera menos descarado.