Los Guardianes de la Galaxia están de regreso con su combinación de acción y comedia para hacernos pasar un muy buen rato. Tal vez la secuela no supera la frescura de la primera entrega, pero sigue siendo bastante entretenida.

Luego de un flashback, vemos a nuestros héroes en medio de una misión y al término de ella son perseguidos por aquellos que los contrataron por culpa de Rocket. Entonces Ego, el padre de Peter Quill encarnado por Kurt Russell, se presenta ante su hijo. Gamora y Drax acompañan a Star Lord a conocer más sobre su origen, mientras que Rocket y Groot se quedan cuidando a Nebula y la nave. En ambos escenarios surgen complicaciones que desembocan en un conflicto que amenaza nuevamente a la galaxia.

El guión mantiene su esencia humorística, a veces abusa de ella, pero es parte de su identidad. Drax dejó atrás su rigidez, ahora es un bobo risueño, pero su honestidad sigue siendo su característica más efectiva para hacernos reír.

Como era de esperar, Bebé Groot roba, literalmente, la pantalla a sus compañeros, al grado de que en la primera batalla lo vemos bailar mientras los demás, en el fondo y fuera de foco, hacen el trabajo sucio. Sus gestos y su comportamiento lo hacen irresistiblemente tierno, incluso para los villanos, mas no es el único elemento que apela a tu lado sentimental: la película está equilibrada en ese sentido.

Al igual que en la entrega anterior, se manejan momentos de tensión a nivel emocional y tienen que ver con los temas que toca la película: para Peter es el de la paternidad, la dificultad de Rocket con el tema de la amistad, y la fraternidad dañada entre Gamora y Nebula. El entramado de las relaciones entre los personajes también es un componente importante de la cinta, de ahí que Yondu toma discretamente un papel importante, establece un importante lazo con Rocket y resarce su pasado con Peter.

El soundtrack no está a la altura del Awesome mix vol. 1 pero se defiende con temas como “My Sweet Lord” de George Harrison y “The Chain” de Fleetwood Mac, y las canciones mejor utilizadas por su sentido son “Father and Son” de Cat Stevens y “Brandy (You’re a Fine Girl)” de Looking Glass.

Hay muchos elementos alrededor que adornan la película y son un deleite para los más entendidos en el tema, aunque también hay sorpresas para todos, entre ellos cameos (unos inesperados, otros obligados como el de Stan Lee), referencias a la cultura pop (como un Pac-Man) y la aparición de nuevos personajes.

[Lee aquí las claves del éxito de la primera parte y una explicación por si es la primera vez que escuchas de estos personajes]